La luz, al fondo… Búscala. Búscala con ahínco, amiga, y no pierdas el rumbo, que aquí al final andamos espetándote todos.
Sé, bueno, más bien intuyo, que es duro. Que no tienes ánimos. Que te da pereza y miedo y muchas cosas más salir de tu oscuridad. Que quizá te sientes protegida en tu rincón. Que no encuentras el camino de vuelta, después de tanto tiempo.
Pero aquí estamos. Mantendré el farolillo en alto. Con la esperanza de que puedas verlo y de que encuentres las fuerzas en algún rincón.
Descuelga el teléfono. Devuélveme la llamada. O escríbeme. Pero di algo. Que las penas compartidas son menos penas. Pide, dime qué necesitas.
Ven.
La luz está aquí al fondo y te espera. Te estamos esperando.