Tilín, tilín, tilín… El sol se refleja a través de los círculos azules y blancos. El viento hace tintinear las piezas. Y te acuerdas. Y te pones feliz y triste a un tiempo. Y echas de menos tanto que casi duele, anhelas que vuelva, sabes que no va a volver, sabes que ya está bien así, sonríes y disfrutas del momento y sufres, todo junto, con esa morriña melancólica y feliz que en portugués llaman saudade*… Arrastrando letras, eses…
Porque los recuerdos vienen de los olores, de los sonidos; de ese té de naranja y canela que te recuerda a tu abuela; de esa canción con la que lloraste tu primer desamor; de aquella película que te recuerda un invierno malo; del sonido del agua hirviendo que te lleva directa a una habitación Erasmus; esa luz, Ibiza; ese mar, tu isla; ese gris plomizo, Suiza; ese olor a crêpes, Paris; esa melodía, tus manos… Es curiosa la mente.
Es bonita, y triste, y reconfortante, la saudade. Como la canción de Gilberto… https://m.youtube.com/watch?v=gzxVBXCP1jg
Escucha… Oyes el tintineo?
Saudade (del portugués saudade)[1] es un vocablo de difícil definición incorporado al español empleado en portugués y en gallego, que expresa un sentimiento afectivo primario, próximo a la melancolía, estimulado por la distancia temporal o espacial a algo amado y que implica el deseo de resolver esa distancia. A menudo conlleva el conocimiento reprimido de saber que aquello que se extraña quizás nunca volverá.
Curiosa la mente, sí. A mí me pasa a veces con canciones que nunca he escuchado pero que al oirlas por primera vez me llevan a un momento en concreto y al sentimiento unido a ese momento.
Por cierto, que esas fotos con esa luz consiguen transmitir saudade de brisa marina, días felices que se escapan y ese no sé qué de verano adolescente
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La luz era fantástica, verdad? A mí me transportaba a la misma sensación. Gracias por pasarte a comentar!
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