Me gustan las personas vitamina. Es lo que yo llamo «personas bonitas» y lo que la psiquiatra Clara Rojas en su libro «Cómo hacer que te pasen cosas buenas» llama personas vitamina. Afirma que la vida es un drama -lo sabemos bien- y que por eso, para alcanzar la codiciada felicidad es necesario aprender de las adversidades y centrarse en la actitud con que vivimos.
Marian defiende el estar presente en el aquí y el ahora para no anclarnos en el pasado ni agobiarnos pensando en el futuro. Dejar que la vida fluya, practicar deporte suave, ‘mindfulness’ y tener contacto con la naturaleza. Apartar a las personas tóxicas y concentrarnos en los pensamientos positivos. Son pequeñas «píldoras» que ella receta para acercarnos a la felicidad. «Eso, y tener siempre a mano lo que yo llamo personas ‘vitamina’, que son las que siempre nos devuelven la alegría de vivir«
Y es que sentirse querido y acompañado es básico. En el trabajo y en casa. Por eso, hoy quiero darle las gracias a todas las personas vitamina que me rodean. Porque ellas, don la clave. Porque ellas…
- Me sonríen, abrazan o besan para darme los buenos días, cada día o cuando las veo.
- Me preguntan, genuinamente, cómo estoy… Y escuchan la respuesta con interés.
- Me explican cómo se sienten, porque saben que me interesa también.
- Se ríen conmigo, de la vida y sus visicitudes, pero nunca de mí.
- Y lloran cuando me tienen que acompañar en este drama de vida.
- Cocinan maravillas, sencillas o complicadas, para disfrutar todos juntos.
- Siempre tienen un hueco para quedar. Y quieren quedar para vernos.
Mis personas vitamina son muchas, por suerte. Son mi familia, y mis amigos de infancia. Mis amigos del instituto y de la universidad y los adoptados a lo largo de la vida. Son los compañeros de trabajo que tuve y ahora son amigos y los que aún tengo y con los que convivo a diario, incluso telemáticamente. Son la pandilla del cole y de la maternidad compartida. Incluso, a veces, esa persona que te sonríe en el autobús o la cafetería.
Mis personas vitamina están ahí rodeándome de sonrisas y buenos modos y yo no puedo por más que ser una persona vitamina para ellos en respuesta. Porque ser amable y hacerse sentir queridos y de valor a los demás se contagia. Y además, proporciona felicidad.
Gracias por las vitaminas.
Os quiero mil. O mejor, infinito, que el amor, si infinito, infinitamente mejor.
Y gracias a ti por ser persona vitamina sin lugar a dudas!
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Lo veo taaaaaardeeeee, pero gracias 😘
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