De pronto, porque la sensación te pilla desprevenida y es «de pronto», eres una SEÑORA de mediana edad (y algo más si nos atenemos a las estadísticas) y piensas más en flores y redecoraciones de patio que en salir de fiesta toda la noche (aunque no te importaría bailar hasta la madrugada en una buena verbena después de una buena cena con buena sobremesa, todo por favor y pudiendo hablar sin ruidos atronadores de fondo).
De pronto tienes hijos de más de una década y amigos con achaques que comparáis en conversaciones donde se mezclan temas de salud, gourmet, viajes, hijos, trabajo y otras menudencias cotidianas.
De pronto tu mejor regalo es un fin de semana en un hotel con bañera y muchas sales y espuma.
De pronto, y ese es tu mejor regalo, te quieres la mayor parte del tiempo y te importa poco si el espejo no te muestra una Claudia Schiffer 90-60-90 que era lo que se llevaba en tu época. Y da igual, el bikini que te has autoregalado ha llegado y piensas estrenarlo sin complejos.

De pronto las arrugas y las canas te parecen inevitables y un signo inequívoco de que estás viva y la vida sigue y eso es genial (porque para qué estar triste por tu cumpleaños si de todos modos vas a seguir sumando).
De pronto bailas cuando quieres, donde quieres, con quién quieres.
De pronto soplas 45 y te trae de vuelta la libertad de ser tú misma.
Y solo puedes dar gracias a todas esas personas bonitas que has ido sumando a tu camino a lo.karho de los años y que tienen un ratito para regalarte flores, un mensaje bonito i una llamada de teléfono.
Gracias, gracias, gracias.
Desde mis 45 recién estrenados, que sepáis que «sus quiero».