¿Qué has hecho hoy por tí?
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Yo me he tomado un café a media mañana al sol. Sin móvil, sin noticias, sin ruido. Sola. Diez minutos que me han sabido a gloria.
He trabajado mucho, pero intentando no presionarme. Siempre tengo más de lo que puedo abarcar en un día. Lo suficiente para no dormirme en los laureles, pero es un arma de doble filo con el que fácilmente entro en un bucle infinito de trabaja y más trabajo donde nunca acabo (igualmente) y encima acabo frustrada por no haber sabido parar, estresada, con las cervicales tensas y un dolor de cabeza que ya no me abandona el días.
He parado para comer al mismo tiempo que mi familia. «Obvio», diréis. Pero no lo es tanto cuando tu jornada laboral está llena de reuniones, llamadas y depende también de los que hacen (o necesitan hacer) otros.
Y, ¡milagro del día!, cuando ha sonado la alarma de la clase de fuerza de @crisfit.es, he parado todo y me he puesto. No tenía ganas (no, no soy de las motivadas que hacen deporte de forma natural, me encantaría, pero no estoy en ese punto… Aún… Ojalá…). Pero me he puesto. Y he sudado, resoplado, me he cansado… Y ¡me ha encantado, he acabado feliz!
Luego, tirada en el suelo, he descansado un poquito más… Sólo un poquito, piernas en alto, Instagram de fondo… Y me he pasado por aquí, a esta ventana. A decirme a mí misma que vale la pena (o más bien la alegría) tomarse un momento para una misma. Mirarse. Reconocerse. Tocarse. Descansar sintiendo tu cuerpo que es tuyo, tu respiración, tus latidos… Y sentir que esa sensación es la que tienes que recordar la próxima vez que te ataque un pensamiento perezoso de «mejor otro día» o el día que la angustia por no llegar a todo te invada. «Ni falta que hace», tendré que decirme.
Y que sepáis que aún me queda noche. Una cena en familia. Quizá un capítulo de la serie del momento. Y leer un capítulo antes de dormir.
¿Y tú, qué has hecho hoy por tí?
Hay que ser POSITIVO 