Mirarse en el espejo: reconocerse, quererse, respetarse.

Mirarse en el espejo. Y reconocerse. Y quererse tal como te muestra el reflejo.

Mirarse en el espejo. Con el deseo legítimo de mejorar(te), por dentro (también), por fuera (si quieres, si es por salud, si es por sentirte mejor).

Mirarse, pero sin pena.

Quererse, pero sin rencor.

Reconocerse. Sin culpabilidad.

Pensaréis que esta es una foto más y sin embargo me ha costado decidirme a compartirla. Porque por primera vez en años tengo, por fin, un espejo de cuerpo entero. Y no me gusta lo que veo (la mayoría de las veces). No me quiero, no del todo, no siempre. Y me doy rabia por ello. Me enfado, me sermoneo, me siento culpable… Nuestros discursos interiores también construyen: realidades, futuros, alternativas… Porque si no te quieres ni te mimas ni te respetas, ¿qué esperas que hagan los demás? ¿Qué crees que encontrarás ahí fuera?

Esta foto es importante. Porque es mi reflejo. Y me quiero, no siempre, pero lo intento. Porque me respeto, todo lo que puedo. Y cuando la vocecita interior vuelve con discursos derrotistas de gorda acomplejada, me miro seria y la intento callar. Porque ya está bien. Porque disfruto la vida comiendo, también. Porque gorda o flaca o como sea debo aprender a respetarme y quererme por todo aquello que soy, más allá del cuerpo.

Hace tiempo que no tenía espejo de cuerpo entero, tampoco me apetecía verme y machacarme cada vez.

Y hoy, tengo espejo.

Y me he vestido de colores, porque me dan energía positiva.

Y me he subido a las alpargatas, porque con ellas piso más fuerte allá donde vaya.

Hoy me he mirado de cuerpo entero. Sería demasiado bonito deciros que por fin me he reconocido sin crítica ni dolor. No es cierto. En bragas y sujetador el cuadro que hacemos mi reflejo y yo es un drama. No por mi reflejo en sí, supongo que es normal, si no por la mirada devastadora, por la crítica mal disimulada, por el dolor que hay en los complejos callados.

Pero a pesar de todo, hoy es un día importante. Porque tengo un espejo de cuerpo entero. Y me he mirado. Y he callado mi yo destructivo. Y me he vestido de colores y con cuñas. Y me he sonreído. A mí. Para quererme y respetarme. Y he conseguido compartir mis inseguridades con ❤️


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