Se burlan de mí cuando digo que me gusta nubear, mirar las nubes pasar, imaginar formas de vida de fantasía, tumbarme en la hierba y tener la cabeza en las nubes. Deben ser reminiscencias de hija de hippy. Se burlan de mí y sin embargo no soy la única, como diría Lennon, «You may say I’m a dreamer, but I’m not the only one«. Existe una sociedad de mirar las nubes! En realidad hay sociedades para todo… Para el slow life, para el flow, para vivir con la cabeza en las nubes… Y para otras muchas cosas que bse comulgan conmigo. Cada uno que decida.
Yo seguiré mirando nubes, blancas, algodonosas, de tormenta, planas, esponjosas, desde tierra o desde un avión.
Porque relaja.
Porque fomenta la imaginación.
Porque se puede cambiar moratoria y es gratis.
Porque me recuerda que el ritmo de lobos de la ciudad no es el normal ni el sano.
Porque hace soñar y soñar es sano.
Porque mirar las nubes te conecta con el niño que fuiste.
Porque nubear, ya os lo dije, es una filosofía de vida y nubeando se vive mejor.
Y tú, nubeas?
PD: sigo leyendo la «pequeña guía de la felicidad». Os iré contando…