Herencias de felicidad: leer para divertirse

Y llegar a casa justito para arropar a tu hijos. Sí, bienvenidos a la realidad, la conciliación son los padres (y los abuelos). Justo para que lean una página (o dos) antes de ir a dormir. Justo para transmitir el placer de dormirse leyendo, con la imaginación a punto para sueños llenos aventuras.

«El pequeño Nicolás» por un lado, «Harry Potter» por el otro.

No se me ocurre mejor legado que aprender a disfrutar leyendo, que el amor por las palabras escritas, que dormirse acunado por el sonido de páginas de papel crugiendo.

La lectura es la felicidad de las pequeñas cosas en esencia.

Estoy deseando que descubran «Momo«, “Los pilares de la tierra«, «La historia interminable«, «Olvidado rey Gudu«, «Memorias de Idhun» y otros muchos libros geniales, clásicos o recientes.

Que levante la mano quien sea genuinamente feliz leyendo.

***

Me uno al reto en Instagram de #febrerosinedulcorantes de Victoria Peñafiel y paso de espectadora a parte de esta iniciativa: una foto diaria en febrero que muestre tu vida real, sin edulcorantes, sin filtros. Porque ser positivo es aceptar la vida como es. Intentaré hacer una reflexión diaria sobre «la felicidad de las pequeñas cosas».


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