Hay que ser POSITIVO

Tú duermes, ya lo sé. Yo estoy velando.

No importa que estés lejos, que no escuche

tu cadencia en la sombra,

no importa que no pueda

pasar mi mano sobre tu cabeza,

tus sienes y tus hombros.

Yo estoy velando, siempre.

No importa que no pueda acurrucarme

para que tú me abraces sin sentirlo,

para que me retengas

mientras yo tiemblo y digo simplemente

palabras que no escuchas.

Yo puedo estar tan lejos

pero sigo velando cuando duermes.

***

Ayer se celebraba el Día de la Familia. Ayer nuestra sobrina de tres días llegaba a su hogar rodeada de amor, miedos primerizos, suspiros ante sus bonitos brazos levantados en su sueño profundo. Ayer una nueva casa olía a bebé y desde la distancia yo sé que mi hermana será una gran madre, que mi cuñado será un gran padre, que las noches y los días se sucederán con una felicidad hasta ahora difícilmente imaginable.

Porque la felicidad huele a bebé.

Difícil a veces, cansada otras, puede que llena de berrinches y noes y preocupaciones… Nadie dijo que la felicidad fuera un camino de rosas.

Enhorabuena pareja, enhorabuena sobrina. Has llegado a un hogar donde, por lejos que estés, por mayor que seas, te estarán velando mientras duermes. Porque de eso va el amor de madre (y de padre). De eso va quererte infinito y más allá. De eso va esta pequeña felicidad.

Os queremos, familia, más que infinito, como debe ser. Porque el amor supera al infinito.