Que si terroristas abatidos, que si islamófobos, que si los catalanes hablan catalán (bueno, vale, pues adéu), que si nos quieren, que si me quieres, que si te quiero, que si nos queremos, que si, que si, que si… Una cosa os voy a decir, hace poco más de una semana estaba recogiendo frambuesas. Un bosque frondoso me rodeaba de luz tamizada por hojas de un verde brillante. Olía a hierba mojada. Se oía el trinar de los pájaros. Y entre ortiga y ortiga encontrábamos las pocas frambuesas que quedaban. O fresas minúsculas, salvajes, llenas de sabor a vida.
Una cosa os voy a decir, ante tanta crispación y palabras insensatas yo los enviaría a todos a buscar frambuesas.
A ver si la felicidad les inunda los sentidos y podemos seguir viviendo con respeto hacia los demás. En serio, la felicidad es recoger frambuesas (y luego comérselas con yogur, con nata, en una tarta… Pero esa, es otra historia).
gracia por el concejo nada como ser feliz por una dulce frambuesa
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Fácil, verdad? 🙂
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Y comérselas😊
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Sobretodo, comérselas! Incluso mientras las vas recogiendo 😉
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🤣😉
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