La jubilación del peluquero

Felicidades Pitu. Por fin te jubilas. Por fin, llega el momento de aprender francés más allá del «porteur, mes valises!» que nunca ha servido para nada. Por fin los viajes, los libros, el jardín, la pesca y la siesta. Finalmente… Hoy es un gran día y va a ser casi más grande que un bodorrio. La jubilación del peluquero, no es para menos. Aunque lejos, estamos en alma en Ibiza para acompanaros. Espero que el estreno como articulista del Diario de Ibiza te haga tanta ilusión como a mí 😉

Hoy es un día histórico para la pequeña Ibiza. Hoy se jubila el peluquero. No cualquiera. Se jubila Pepe «bisbe» el barbero, el de la Perruqueria Torres de la calle del Mar. (…)

Hoy es un día histórico. Es el día en que tus hijas y la suiza de tu mujer te decimos cuánto te queremos y cuánto agradecemos tu esfuerzo y cariño. Es cuando en la isla se oye un murmullo: què vagi bé, endavant i per molts d’anys!!! Ahora, aprovecha para ser trapecista, alcalde o hasta titiritero 😉

El artículo integro se publica hoy en el Diario de Ibiza.

Pero los de la familia no hemos sido los únicos en escribir, su cliente y amigo Toni Toca también le dedica unas palabras.

Avui mateix, hem d´acudir a la crònica nostàlgica de personatges que donaren vida a la nostra ciutat. I un dels personatges a destacar és sense dubte en Pep del Bisbe. Al llarg dels anys vaig ser client perdurable, quasi constant de la seva barberia. Dins la remor gairebé terrorífica d’una ciutat que en arribar l’estiu sembla tornar-se boja, la conversa, plàcida, amb el barber era tot un plaer. No només era en Pep del Bisbe un bon professional, sinó que intentava crear al seu reduït habitacle un clima d’intimitat. Imagino que a hores d’ara mateix, en Pep Costa, habitual client de la casa, signaria aquestes lletres. Pep del Bisbe, una abraçada.

Pepe está que se sale con tantas atenciones y sorpresas. La calle del Mares hoy una enorme fiesta. Y es quién no lo sabía, lo leyó en el Diario de Ibiza en el extenso reportaje histórico sobre la primera barbería de la isla que, 85 años después, se traspasa y deja de pertenecer a la familia Torres.