En vacaciones estamos más guapos, más luminosos, más simpáticos, receptivos, amables y espontáneos. Por eso me parece que la idea de Nylda de mantenerse en una actitud de perpétuo estafo vacaciones a pesar de estar en plena vorágine cotidiana es muy buena idea. Es cuestión de proponérselo. Voy a intentar:
- Saludar con una sonrisa de verdad a cuantos me cruce por la mañana, empezando por la familia y aunque sea desde detrás de mis lagañas.
- Dar besos de despedida siempre junto a un «que tengas un feliz día«. Sí, cual ama de casa en los 50 a la puerta de su casa.
- Saludar con energía positiva a todo el mundo en la oficina: 30 segundos de interrupción para sacar unas sonrisas no es perder el tiempo.
- Decirle a quien tiene el guapo subido que tiene el guapo subido, para que se le suba más.
- Abrazar a quien le haga falta un mimo. A pesar de la vergüenza o el temor al rechazo.
- Escuchar atentamente los argumentos ajenos antes de echarlos por tierra o rechazarlos.
- Dejar la susceptibilidad en la cama remoloneando: seguro que el mundo ni está en mi contra ni tienen intención de herir mis sentimientos con faltas de tacto.
- No gritar, sobre todo no gritar. Pasión sí, pero sin pasarse.
- Pensar cosas amables de quién me cruce… Él critiqueo mental está muy feo y genera malas vibraciones mifrend. Y el real ya ni te cuento, mejor no entrar.
- Pensar cosas bonitas de mi, que con uno mismo también hay que ser amable!
Venga, probamos? Vivamos en eternas vacaciones 🙂
Estos 10 pasos nos harían un mundo mejor a todos! Yo lo intento pero luego viene el he dormido mal, las prisas… bueno, no hay excusa, demos nuestro esfuerzo al positivismo y seguro que vivimos más felices
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Venga, que de buenos propósitos vive el hombre -y la mujer- en septiembre… Y enero… Y en junio ayquenollegoalaoperacionbikinimejorhagolaoperacionaquiennolegustequenomire… Podemos!
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