Los niños fluyen, te has fijado? Adoran disfrazarse, los colores, tener la lengua azul, hacer muecas, saltar, bailar, aquí, ahora… Sí, aquí, ahora! Los adultos decimos «deja de hacer el payaso» y al mismo tiempo reírnos y hacemos fotos porque ver a alguien fluir reconforta.
Pues no! Yo te digo , «haz el payaso» cuanto puedas, nunca pierdas esa capacidad de reírte y disfrutar. Porque el día que dejes de hacer el payaso será porque te ha entrado la conveniente vergüenza (asociada seguramente a alguna inseguridad sobre la aceptación o el querer o tu cuerpo o lo que sea). El día que dejes de hacer el payaso serás menos divertido, pero sobre todo te divertirás menos. No hace falta que sea siempre y a todas horas, es obvio que hay ocasiones para todo. Pero sería genial que fueras un adulto simpático, desihibido, que se quiere lo suficiente como para no parecer ridículo disfrazado. Así que sí, sigue, adelante, haz el payaso. Pronto descubrirás que la felicidad era esto. Yo voy a copiarte un poco, voy a seguir haciendo el payaso de vez en cuando. Porque fluir es sano. Y ver fluir a alguien es todo un placer.
Una respuesta a “Haz el payaso”