Te quiero transparente. Si blanco, blanco, si negro, negro, aunque tú sabes que la mayoría de veces es gris, o azul, o rosa, o amarillo. Sabes que hoy es negro y mañana será turquesa. Te prefiero con la sinceridad en la boca, y en la mirada. Te amo sin subterfugios porque no creo que el resto sea amor. Otra cosa quizá, pero no amor. Mejor no me digas que estás bien como si no viera que estas mal. No argumentes que quieres estudiar aquello que odias porque tiene salida ni que te quedas donde estás por comodidad y pereza. Eso, ni es amor (por ti, por mi) ni sensatez ni nada. Por eso, amigo, mejor se transparente.
No digo con la ropa, que también, si quieres, porqué no… Digo transparente, en tu forma de vivir y mostrarte. Así no hay equívoco posible. Y si dices blanco será que es blanco, sin comidas de coco no diatribas raras. Te dirán que eso es exponerse demasiado, ingenuo, peligroso, que mejor aparentar lo que los demás quieren ver y oír de ti. Pero agotarás mucha energía con la pantomima y es posible que por el camino te pierdas a ti mismo y no sepas ya ni quién eres. Si para que los demás te quieran has de disimular algo que no eres, mal vamos. Yo, te quiero transparente.
Una respuesta a “Te quiero transparente ”