Descálzate. Siente el aire en tus pies, disfruta de la libertad. Mueve los dedos. Desperézalos. Y camina, sobre la hierba verde. Siente las cosquillas, la frescura, la conexión con la tierra. Si tienes un mal día o vas corriendo a todas partes, para un momento, sólo un instante, y pisa la hierba!
Justo el sábado aproveché la excusrión a la montaña para hacerlo y para que mi peque, de casi tres meses, notara en sus piececitos por primera vez la hierba! Qué gran sensación!
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Es todo un placer, verdad? Y si ha llovido recientemente y está seca pero todavía jugosa y verde oliendo a hierba fresca… Ummmmm
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