Zona 0. ¿Vosotros también tenéis en casa la zona para dejar zapatos de calle, limpiar las suelas con agua y lejía, lavarse las manos con gel hidroalcohólico, solo después ir a limpiarse con agua y jabón las manos hasta el codo, quitarse la mascarilla y ya si eso ir a la ducha y dejar la ropa directo en la lavadora?

Llamadme loca… A mí es que lo de las manifestaciones por la «libertad» porque parece que estamos en una «dictadura» (porque no podemos ir a los bares o al gimnasio, de momento) me supera, oiga. Entendería que los que están en pisos de cuarenta metros cuadrados viviendo a seis o diez se quejaran y explotaran. Que se quejen los de la milla de oro porque dos o trescientos metros cuadrados y bañeras de chorros les produce hartazgo después de tener dado treinta mil muertos por Covid-19 en los cementerios se me atraganta un poco. No entiendo. Que no seré yo quien diga que no tiene uno derecho a queja, pataleo, manifestación y voto. Pero hay momentos y momentos. Hay sentido común, responsabilidad colectiva y algo de empatía y paciencia. Y luego hay tontuna, egoísmo y mucho gili que piensa que enarbolar una bandera y cantar canciones de guerra les protege más y mejor que una vacuna o que la precaución. So sorry, es lo que pienso.
En esta casa hacemos lo que podemos y nos aguantamos. Nos aguantamos de no dar un abrazo a los abuelos, ni besos, ni miradas más allá de las pantallas. Nos aguantamos las ganas de salir a pasear en familia, y las de ir de fiesta, campo y playa con amigos. Nos aguantamos viajes, cines, tardes de compras y salidas de chicas. Nos aguantamos cumpleaños (hasta los infantes echamos de menos). Nos aguantamos… Y ya llegará el momento de los reencuentros, los abrazos apretados, los besos que resuenan en la mejilla y las compras con amigas. Ya llegará. Porque, llamadme maniática, pero yo a mi gente prefiero verla viva y entera. Y a la tuya, también.
Día 66. Suma y sigue.