Gris… O el color del día (según se mire)

*Día 3: gris*

Recién levantada soy media persona, no me pidas malabarismos. Que sepas que es posible que te oiga pero no te escuche, que te responda con monosílabos porque en realidad aún no soy capaz de articular palabra, que te mire como si fuera el infinito y quisiera traspasarte para ver más allá… No es mala fe, es que aún sigo en algún limbo entre el sueño y el despertar. Truco: si aún estoy con pelos de loca como en la foto y estoy en el baño, es mi momento de estar desconectada y encontrar el modo de revivir.

Inicio de un día ¿gris?

Después de este autoselfie traicionero he conseguido ir al gimnasio y llegar puntual a la clase de las siete (os juro que es un logro de dimensiones épicas, y no veo trovadores escribiéndome una canción). La clase la he seguido de aquella manera, pero es que es lunes, el ayuno intermitente me tiene medio ida de buena mañana y, no, todavía no me había despertado.

A veces veo esas chavalas de cuerpos prietos veinteañeros quejarse en las duchas de no sé qué supuesto rollete en la cintura (os prometo que no lo veo, yo las veo divinas con o sin kilos de más). Pero luego me digo que yo jamás me vi bien, ni con veinte ni con treinta y visto ahora estaba estupenda. Quizá donde yo veo juventud y belleza ellas ven defectos insalvables. Quizá donde yo creo que ellas ven una cuarentona a deshora vaga y arrastrada, ellas ven la heroína matutina en que estoy transformada. O quizá ni blanco, ni negro, quizá gris, marengo, azul o amarillo limón.

Supongo que desde fuera mis pasos descoordinados y bufidos entre ejercicio y ejercicio me hacían parecer más una gorda vaga que milagrosamente ha pisado el gimnasio que una heroína en plena revolución por su salud que viene todo lo regularmente que puede a hacer ejercicio y que come mucho más sano que la mitad de la gente sana que conoces -me apuesto algo-, pero es que no todo es lo que parece, ni todo lo que parece es.

Este desvarío (aún estoy en proceso de ser persona) no es sobre kilos ni rolletes en la cintura ni complejos. Es sobre lo diferente que vemos y sentimos y actuamos según como se nos pinta el día. Según cómo hemos dormido, y con quién. Según cómo nos hemos levantado y desayunado. Según cómo hemos decidido vestirnos, con qué colores y formas. Según los dolores o su ausencia. Según los abrazos, los recibidos, los dados y los que se han quedado en un cajón olvidados.

Este desvarío es una toma de conciencia de que tu día, y mi día, no es ni blanco, ni negro, ni tan siquiera gris o marengo. Es según se mire. Es según quién mire. Es según sientas, vivas, llores, rías, pienses, bailes, cantes, calles, grites, ignores, sudes, dudes

Así que puestos a juzgar algo o a alguien, incluso a nosotros, mejor pararse a pensar en las tonalidades antes de dictar sentencia.

Puestos a sentirnos derrotados y bajar los brazos, mejor darse permiso para tener un día gris, marengo incluso, sabiendo que quizá mañana tengamos fuerza para pintar el día de un nuevo color. Como por ejemplo amarillo limón, color primavera, o puede que azul reflexión o naranja impulso…

¿De qué color te ves hoy?

3/29 #febrerosinedulcorantes20 #febrerosinedulcorantes #gris #blancoynegro #hayqueserpositivo reto diario en febrero junto a @victoriapenafiel


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