Me daría un baño.
Largo.
Tibio.
A solas.
Me daría un baño. Con mucha espuma. Y sales.
Me daría un baño.
Porque me recuerda a mi abuela.
Porque me relaja.
Porque es felicidad en estado puro.
Me daría un baño.
Pero no tengo bañera.
Ni mi conciencia ambiental la quiere.
De hecho ya no compro aguacates si vienen de la otra punta del mundo. Y los del sur de España me dan cosilla, con tanta sequía y lo que los aguacates beben.
De hecho evito los plásticos.
El sushi de atún me vuelve loca pero me da cargo de conciencia…
Voy a pie. O en bus. Casi siempre.
Y así todo.
Y lo que me falta.
Así que hace mucho, muchísimo que no me baño. Y esta foto es antigua. De hace tres años. De un día que estaba de vacaciones, sin niños, con una bañera a mano y mucha espuma. De un día que me salté mis principios. De un día como hoy que fue solo un día… A veces hay que permitirse salir de las propias normas.
Shhhhh… No se lo digáis a mi conciencia. Pero… Me daría un baño.
PD: Feliz miércoles «mudo». Decidme qué no soy la única tarada que vive en un mar de contradicciones…