Hace escasos días el objetivo era encontrar frambuesas, fresas salvajes, respirar profundamente el sotobosque, cerrar los ojos mientras probabas la fresa escondida entre ortigas, caminar lentamente con la atención puesta en los pequeños detalles para no dejar escapar ningún fruto…
La felicidad es simple. Si como ti os reincorporáis al trabajo hoy, recordad esto: solo hay que prestar atención a los detalles, ir paso a paso, respirar profundo y disfrutar del camino.
¡A por las frambuesas!
Todo existe en los pequeños detalles. De hecho, morimos cuando olvidamos respirar. Y somos un punto de polvo en el universo. Me encanto todo, lo escrito y las fotos. Eso es vivir la vida.
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Gracias Vicente. El reto es darnos cuenta día a día de esas pequeñas cosas que nos hacen felices, sin grandilocuencias, y saber agradecerlas con sencillez. No olvidar respirar, sobretodo. Gracias por pasarte a leer y comentar 🙂
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Gracias a ti…siempre, por recordarnos que la vida se mantiene viva en las cosas dininutas.
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