Levantarse tarde. Desayunar en el balcón. Y volver a la cama. Despertarte y que ya sea la hora de comer. ¡Ups! ¡Qué tarde se ha hecho! Pero, ¿y qué?
Y qué más da que sea tarde o temprano. Y que más da que sea julio o diciembre. Lo importante es que es, y que se disfruta.
Es cierto que todos anhelamos las vacaciones, que lástima no ser capaces de disfrutar el día a día como disfrutamos de éstas.
Pero, ¿por qué? Quizá es que no disfrutamos de nuestro trabajo, quizá es que vamos marcados por un reloj, o quizá que simplemente no somos felices.
Deberíamos vivir siempre como si estuviéramos de vacaciones, o como si fuera viernes. Y si no podemos, luchemos para conseguirlo 🙂
Las vacaciones son la liberación de la rutina diaria… por eso,creo, se disfrutan tanto.
Aunque esa rutina sea necesaria… si no seriamos demasiado anarquicos
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