Hay días que cuando cae la tarde, y llueve, y hace frío, no das para más. Sobretodo porque has encadenado un viernes de trabajo con recogida del cole, con cumpleaños infantil, juegos, «fiesta» improvisada de pijamas, mañana de recados, feria de Navidad, spaguettis, compras… Y la regla, y su dolor, y… Que sí, que duele horrores… Y queda feo decirlo pero es! Total… Que necesitas un respiro. Y te echas al sofá. Estáis de dos en dos, os cubrís con una manta, y acabas la tarde con peli y manta, que también tiene su aquel. Estar en familia frente a una peli no es tan mal plan, no hace falta que todo sea súper emocionante y diferente y lleno de trepidante actividad siempre, no? La felicidad también es compartir tranquilidad. Y mira, Zipi y Zape no estaban tan mal 😉