Escribir me proporciona una honda satisfacción, visceral y orgásmica, diría. Me divierte, me relaja, me ayuda a reflexionar y a desprenderme de basurillas del alma. Me inspira. Me aspira. La creación es hasta orgiástica. Y si escribir me provoca todos estos sentimientos, transmitir el amore por las palabras, por la lectura, por la escritura, por la creación y a imaginación, es el no va más.
Mis mellizos escriben cuentos. Desde que tienen cuatro y cinco años. Y ahora que están en plena fase de aprendizaje de la lectoescriptura, todavía más! Y yo me fundo de orgullo, me muero de amor, me quedo embobada ante su proceso creativo, viendo cómo lo disfrutan en estado puro, convencidos de que cada palabra vale la pena, de que su obra es inmejorable, sin miedo al fracaso ni blancos ni angustias creativas. Es sobrecogedor.
Y me digo que algo estoy haciendo bien como madre ai que me equivoque mil y una veces. Porque disfrutar de leer y escribir es seguramente uno de los mejores aprendizajes que podré regalarles.
2 junio 2016, Izan, P5: publicado en «Un par de dos»
ESTA EAISTORIA UN NINYO CESENYAMA. BOBESPONGA CESETENIA CEIR.AL COLE IAPRENDIO MUXAS. COSAS I LE BENIERON A BUSCAR SUM MADRE. ISU. PADRE I. LEDIGIERON COMOTELOASPASAO EN. EL COLE. I LE DIGO MUIBIEN.
ISEFUE. A. CASA. I. GUGO. MUXO
I. LEDIGO. SUMADRE LEDIGO
AMERENDAR. BOBESPONGA
I. MERENDO. MUXO. I. LEGUSTOMUXO
FIN
Otras «obras» de mi par de dos: