1 año.
Qué se dice pronto.
Y rápido.
Y, JXDER, QUÉ LARGO.

Qué yo ya me hago a la idea que esta nueva normalidad ya no es tan excepcional, que vengan ahora los chicos a reírse en nuestra cara por todas las veces que les miramos raro por llevar mascarillas por la calle.
Qué tengo claro que de pronto los amigos y la familia cobran un valor que es como el peso de los abrazos y besos acumulados detrás de lo virtual.
Qué sí, que hay días de «amargura».
De «qué cxño hago».
De SOLEDAD en mayúsculas y entre la multitud de miedos que este año raro nos ha dejado.
13 de marzo de 2020… Creo que no se me olvidará el inicio del confinamiento y está locura de pandemia en la vida.
Y después de todo, no estamos mal. Estamos vivos, teletrabajando, en familia… Pero, hay tantas camas que quedaron vacías, abrazos y despedidas sus quedaron suspendidos, tantas ausencias, tantos deseos que no podemos cumplir como ir a visitar a quienes quieres… Hay tantas familias destruidas o que incluso tuvieron sus convivir con el enemigo… Yo creo que como dicen la cuarta ola vendrá con los problemas mentales a flor de piel. Ojalá me equivoque.
Ojalá está efemérides quede como un recuerdo del absurdo y del año que aprendimos que los abrazos y los besos y los cafés con amigos y las cenas relajadas y las tapas en una terraza y… Eran la mejor definición de felicidad.
Ya lo sabéis… Pero…
Sus quiero.
PD: disfrutad del viernes y del finde y de los desconfinamientos perimetrales que te sirven para ir con tu burbuja a otra parte (que en teoría no puedes verte con nadie ni fuera ni dentro de casa ni nada). En fin, vamos a ponerle ritmo al viernes que es lo que nos queda, un #viermesdebaile
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