
Viernes. «¿Podemos ir a jugar al parque, poooorfiiiii?». Y con el pxxx coronavirus no vamos, no salimos, no quedamos fuera de la burbuja, no hacemos extraescolares… pero ya está bien. Hoy toca.
La felicidad en tiempos de pandemia era esto: jugar, correr, perseguir con amigos una pelota. Con mascarillas si hace falta, sin rechistar.
Y los grupos de madre hablando a distancia, tapadas, «mal de muchos…», «menos mal, pensaba que era solo yo»… En tiempos de pandemia hablar es terapéutico.
En fin, vamos a cuidarnos.
Con cabeza.
De corazón.
Sin olvidar que la felicidad era sencillamente eso, una tarde de viernes en un parque.