El corazón permanece a menudo anclado en lugares pasados o en proyectos futuros, en paisajes lejanos que nos causan morriña o en relaciones que pudieron ser y no fueron o que son pero diferentes. El corazón se mueve, a menudo, como si no tuviera rumbo fijo, como un viajero en constante peregrinación. Aunque hay corazones fieles, inamovibles como rocas, a los que solo desgastan la sal y el viento.
Mi corazón está en parte en mi isla, ya lo sabéis. Por eso a veces miro fotos y reflexiones de gente que vive en Ibiza a través de las redes sociales. Me hace sentir un pico en casa a pesar de la distancia. Y entonces mi corazón viajero reposa un poco, tranquilo como las puestas de sol sobre el mar de mi isla bonita.
Hoy os comparto un texto de Antonio Cucuibiza y un amigo suyo que me ha emocionado. Por las imágenes preciosas de Eivissa y por las palabras que las acompañan. Espero que las disfrutéis tanto como yo.
Un niño, me preguntó un día si el corazón permanecía siempre en el mismo lugar, o si de vez en cuando se movía a derecha e izquierda.
Me quedé perplejo ante semejante pregunta, tenía que contestar rápido y dar una buena respuesta para no liar a éste niño.
Así que le contesté que no, que el corazón siempre está en el lado izquierdo.
Yo mientras tanto, pensaba por dentro:
«Cuando crezcas, te darás cuenta de que el corazón vive en mil lugares diferentes.
Se te subirá a la garganta cuando estés emocionado, o se te caerá al estómago cuando tengas miedo o estés herido.
Hay veces que acelera sus latidos y parece querer salir del pecho, sin embargo otras se intercambiará con tu cerebro.
Cuando crezcas, aprenderás a tomar tu corazón y ponerlo en otras manos, y la mayoria de las veces te lo devolverán un poco magullado, incluso roto…
Pero no te preocupes, seguirá siendo igual de bueno, o quizá mas hermoso si cabe…
Sin embargo, esto lo entenderás después de mucho, mucho tiempo.
Habrá días que pensarás que no tienes corazón, que lo has perdido, y te afanarás en buscarlo en un recuerdo, en un perfume, en la mirada de un transeúnte, incluso, en los bolsillos de un viejo pantalón…
Y entonces llegará un día, un dia diferente, un día especial, un día importante, en el que te darás cuenta, de que no todos tienen corazón…»
No fue fácil la respuesta, porque ese niño era mi hijo. Pero él mismo tiene que experimentar los distintos estados del corazón el día de mañana.
“La magia siempre está ahí, en lo cotidiano, en lo que crees comprender, incluso en el más sencillo de los trucos «.
(…)
Podéis ver el post original de Antonio Cucuibiza y todas las fotos que compartió de Cala Salada en el grupo de Facebook «Cosas que pasan en Ibiza».
Desde aquí mi agradecimiento por dejarme compartir en el blog el texto y las imágenes.
¿Y vosotros, tenéis un corazón viajero? ¿Dónde habita vuestro corazón?
Bellísmo ¡El corazón puede estar, a veces, en tantos sitios!
Bonito día Celia.
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Gracias Ana, me alegra que te haya gustado la reflexión 🙂
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