Los labios rojos le suben la moral a cualquiera. En un día gris, en uno estresante, en uno melancólico o lleno de retos por delante.
Lo sé, lo sé, son un símbolo erótico, algo que puede incluso remitir a estereotipos de belleza, a sumisión y otras tantas lindezas (léase con ironía lo de “lindezas”).
Pero oye, yo no insinúo nada.
No busco nada.
No pretendo gustarte más o menos o nada.
Sólo me he pintado los labios rojos.
Para darle color al día.
Para sentirme con energía positiva.
Para gustarme, a mi, y a nadie más que a mí.
Porque los labios rojos son como un beso en la distancia para dar un empujón al día.
Son como un grito suave a guerra “soy mujer y vengo a plántate cara”.
Son una armadura.
Son tu punto de color.
Tu guiño coqueto.
Los labios rojos le suben la moral a cualquiera.
Me encanta ese color, pero en mi resulta fatídico. Lejos de sibirme la moral, me la tira por tierra. Y mira que lo intento, pero no hay manera, paso de ser una mujer del montón, a ser una caricatura de mi misma. A ti te favorece. Buen día 😊
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Quién dice rojo, dice rosa o anaranjado o el color que te siente bien. Y quién dice pintalabios dice rimmel o pañuelo al cuello o cualquier futilidad que te haga sentir que eres “lo
más”. Gracias por el piropo 😉
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