La felicidad está en los secretos compartidos, en esos gestos de complicidad, miradas «ya me entiendes», caricias «ya tú sabes»…
Claro que uno puede ser feliz en el proceso de conocer a alguien, en ese estado de permanente exaltación del descubrimiento. Pero hay algo muy fuerte en ese conocimiento sereno de lo que vendrá, de lo que significan los guiños de la otra persona.
Tú sabes la cantidad de corchetes que hay bajo el cancán, la suavidad de las medias, la provocación de la liga, el tacto de la piel entre la liga y el corsé. Tú lo sabes y yo lo sé, este es el misterio.
Y así, entre insinuación e insinuación construimos nuestra felicidad serena; la de los secretos compartidos.
Que pareja más chula, cielo…
Muchas felicidades!!!!
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Gracias 🙂 La cuestión es pasarlo bien juntos.
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