La felicidad es un juego, con su estilo libre, sus normas, sus participantes. Es un juego, y puedes decidir quedarte al margen, de espectador, o de árbitro, sin tanto riesgo de dolor o de perder, aunque mucho más aburrido. Te puedes quedar fuera por miedo al fracaso o porque no aceptas la derrota como posibilidad (con lo mucho que aprenderías de la pérdida). Te acuerdas de aquello de «lo importante es participar»? Es verdad, en el juego de la felicidad, de la vida, lo importante es participar. Porque no, lo siento, no existe juego en el que siempre vayas a ganar ni partido ganado sin esfuerzo.
Tú que te tomas la vida muy en serio y no estás para juegos… Tú qué haces planes de futuro y pospones lo que te place para trabajar duro por tu objetivo… A ti te lo recuerdo también: la felicidad, la vida, es un juego y se está desarrollando mientras pospones. Y está bien, no seré yo quién te diga que seas un vago maleante. Pero dicen por ahí que vida solo hay una, sin ensayos, y esa es la pura verdad. Te tomas la vida muy en serio, y está bien, aunque es mejor que no olvides que la felicidad es un juego.
Juega.

pues yo a veces debo recordármelo, que se me olvida. O mejor aún dejar que me lo recuerden mis hijos, no hay mejor placer que jugar con tus hijos pero a lo bruto!
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Lo malo de jugar a lo bruto es que a los peques se les va la pinza rápido… Pero sí, estoy de acuerdo, se nos olvida demasiado rápido lo que es disfrutar día a día… aish!
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