Ah, la frustración… Esa barrera de enfado y tristeza, tan llena de miradas duras y palabras no dichas… Esa zanja de silencios, de no saber explicar porqué aquel detalle nimio es tan importante… No os sucede? Que las discusiones tontas se encadenan? Que no sabrías expresar porqué aquel detalle colmó el vaso? Que intentáis razonar y las palabras chocan contra un muro que se hace grande por momentos? Porque la frustración tiene eso, que es como una espiral que crece y crece y se sigue retorciendo…
No es nada grave… Un malentendido con un niño de seis años que tenía ideas fijas sobre cómo hacer una tarea… «Sin título», «sin título»… Pero ya estaba empezado, casi acabado, con título… «Pero si con título es mejor», «las listas llevan títulos»… «Yo lo quería sin título»… Una espiral hasta el infinito y más allá… «Me das un beso que me voy?», «no!!!»… Contundente, enfadado, encerrado en la frustración… Hay qué ver que barrera grande es la frustración de no salirse con la suya, de no saber explicarse, de no ser escuchado…
Os diréis que son chiquilladas, pero no, los adultos nos enzarzamos a diario en discusiones silenciosas, en agravios no dichos, en palabras estériles… Y queda ahí, el poso de la frustración… Pero en realidad esa barrera es de chichinabo, frágil, endeble, la puedes derribar o saltar fácil… Bastaría con tranquilizarse y sacar a relucir los mejores argumentos. Bastaría con no dejar hablar al resentimiento. Quizá te quedes donde estás pero por lo menos lo habrás soltado, habrás abierto la puerta para que la frustración no se convierta en esa barrera infranqueable. Que tener sentimientos mal llamados «negativos» como la frustración, el enfado o la tristeza también son necesarios, no todo van a ser sonrisas y seducciones. Hay que airearlos, limpiarlos, solucionarlos… Claro que sí guapi, no todo va a ser color de rosa. Cuanto antes aceptes que en la vida hay días para todo, cal, arena, flores y nubarrones, mejor.
Vamos a ver si al final del día tengo ese beso no dado esperándome. Yo, el mío, lo tengo bien guardado para darlo cuando quieran recibirlo. Sólo faltaría que dejáramos de nuevo hablar a la frustración.
Sí la vida no es ROSA!!! es una mezcla de todos los coloeres 🙂 ahora que estoy en una separación estoy viviendo en carne propia la frustación!!! que horrible cosa, crece y crece 😦 pero debo salir de ahí, yo se que puedo… abrazos gracias por esta entrada 🙂
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Claro que debes, y sobre todo, PUEDES. Aunque los días grises casi negros te hagan pensar lo contrario. Ánimos. Muchas gracias por pasarte por el blog y comentar.
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