Mi mamá me mima… Mi mamá me mima… Mi… Ay no, que ahora la madre soy yo… Y mucho, mucho tiempo para mimarme, como que no… Mamá mima a los demás, eso sí… Y me miman, también, tampoco soy una sufrida, no va mucho conmigo eso del sacrificio por el sacrificio. Así que mis miman, me regalan notitas, espectáculos a 1 céntimo y abrazos de oso de AMOR, así a lo bruto. Me dan sonrisas, besos, canciones desafinadas, bailes improvisados, algún pellizco en el culo, una cena a domicilio sorpresa para que me salte la dieta, y hasta risas tras un pedo pestoso -de quien fuere-.
Pero tiempo, tiempo, de mí para mí misma, ummmmm, no, no mucho. Pero todo tiene remedio… Un día, ya que llegas tarde, te escaqueas, llamas a la pelu, súplicas por un hueco fuera de agenda «solo para las puntas», esperas cotilleando redes sociales, te sientan en el sillón, te convencen para igualar el dolor y hacer dos mascarillas especiales además de «solo las puntas», te dejas convencer fromlosttotheriver, que total esta gente no vuelve a verte en meses, y te tumbas, en el sillón de lavados de cabeza, ummmmm, podría tener un orgasmo con los lavados de pelo y masajes en la coronilla si no fuera porque gemir en medio de la peluquería estaría feo, orgasmeas pero en silencio -como buena madre-, y te cortas el flequillo, qué carajo, que en esta vida hay que cambiar y arriesgarse y… MIMARSE. Hay que mimarse. Porque sí, mamá mima, pero que se mime a sí misma también. Así que hoy haz algo por ti… Mímate 😘