¡Oh, lunes! ¡Que pereza! ¡Con lo bien que se está dentro de la cama! Pero me levanto enérgica, hoy va a ser un gran día, lo sé. Encima, me he levantado superbien de tiempo, llegaré antes al trabajo y quizá pueda salir un pelín antes. ¡Incluso me puedo sentar a tomarme el café! Un día genial, ya verás, será superproductivo.
Ya en el coche camino al curro… ¡Joder! ¿Y toda esta caravana? Esto no es normal. Un poco vale, ¡¿pero esto?! ¡Que no puedo salir ni de mi pueblo! Tiro recto..a ver si por ahí no están colapsadas las carreteras… Buah, que va. ¡Con lo bien que había empezado el día!
Después de 20 minutos he conseguido llegar a la ruta alternativa de cuando hay caravana: la carretera de curvas de la montaña. En un semáforo en rojo aviso al curro de que llegaré tarde, ‘don’t worry’ me dice el jefe. Estupendo, a conducir con calma.
Subo montaña. Curva derecha. Curva izquierda. Bosque. Silencio. Aire. Niebla. Subo. Más curvas. Más niebla, y más y más niebla. ¡Wow! ¡Qué pasada! ¡Con lo que a mi me gusta esto! Sigo subiendo y ya estoy en la cima. De repente: ¡sol!. Una salida de sol espectacular. Qué luz más cálida. Qué bonito…
¡Por dios! Que suerte encontrarme taaaanta caravana. Si no hubiera sido así me hubiera perdido este espectáculo de la naturaleza matutina. Me apasionan estas cosas. El contraste de la niebla y del sol, del pasar de un lado al otro de la montaña, con sólo 5 minutos de diferencia, ha sido brutal.
Si, ha sido un gran día, ha empezado con buen pie. Como siempre se dice, no hay mal que por bien no venga 🙂
Hay que ser POSITIVO 