Pocas veces voy a la panadería, suele ir más mi chico, pero hoy he ido yo. He pedido unos croasanes de chocolate (para él, ¡por supuesto!) para hacer una merienda algo diferente. Mientras hacia cola, miraba la nevera…que pasteles tan ricos…joh, ¡y yo a dieta!. Desvio la mirada a los zumitos, refrescos…y eso que de repente una lata de CocaCola me ha llamado: «Teresa«, ponía. Y dije yo…¿porqué no? Se la cojo también. En total todo sumaba poco más de 5€. Por buena o mala suerte sólo llebaba encima un billete de 50€, y no aceptan tarjeta. La chica de la panadería, amablemente, me ha dicho que no tienía suficiente cambio, que si quiería me guardaba lo que he cojido y me ha indicado un bar de ahí al lado que seguro que me daban cambio. He aceptado su propuesta, cuando, de repente, una mujer de unos 50ytantos, me dice: «¡Espera! Creo que yo tengo billetes para cambiarte«. Me he quedado pasmada. ¿En serio?, he pensado. La miro sonriente y saca billetes de 20€ y de 10€. Mi euforia parecía irracional, pero tenía mucha prisa. «No sabes el favor que me acabas de hacer, ¡¡MIL GRACIAS!!«, le he dicho con una sonrisa que no me cabía en la cara y los ojos como naranjas. La mujer sonríe con satisfacción y me da el «¡de nada chica!«.
Esa mujer, no muy alta, morena con pelo corto y flequillo, ojos verdes y labios rojizos, me acaba de ahorrar unos 15 minutos. No sólo por el tiempo es por lo que me he alegrado tanto, sino, porqué hay gente buena a nuestro lado en una panadería, y no lo sabemos. Pequeños gestos de amabilidad que pueden parecer insignificantes pueden ayudar a otras personas a llegar a tiempo a recojer a la pareja al trabajo, a los niños al cole, a no perder el tren o el bus, a lo que sea, pero a ayudar a seguir con calma sus planes.
Da gusto encontrar PERSONAS que sin ton ni son, sin conocerte de nada, te hechan un cable. ¡¡Muchas gracias una vez más mujer amable!! Espero y deseo ser una de estas personas en algun momento, y poder devolver el favor en la cadena de los actos.
Ser amable no cuesta nada, ¡es gratis!