Hay días que más vale poner en pausa todo y dejarse llevar un poco. En pausa las decisiones, los argumentos, los pros y contras, los desafíos, los peros, los noes, o los síes. Poner en pausa los gruñidos o los malos modos. Poner en pausa la vida, la social, la de dospuntocerolandia. La propia no que no puedes, bueno, a menos que te dejes caer en el sofá ante la tele con encefalograma plano. Porque hay días que una se levanta con dolores, menstruales, o anímicos o ambos, que las hormonas son muy malas y los dolores de regla una tortura que solo entienden quienes los padecen. A partir de ahí, pausa, que tampoco pasa nada por relajarse un rato y dejarse llevar por la corrientes. Pausa. ⏸