Las neveras de las madres están llenas a reventar. Para que nadie se quede sin su yogur favorito, sin leche o sin queso para el bocadillo. Quizá te parece trivial, pero es un gesto de amor cotidiano. Piensan en ti, en tus gustos y necesidades. Sí, incluso cuando compran esa horrible verdura que no te gusta. Si has vivido solo sé que lo aprecias. En casa la nevera ya está preparada para el regreso de los fieras. Bienvenidos!!