El olor del café me gustaba incluso antes de que me gustara su sabor. Oía el grugrú de la cafetera italiana en la cocina y sabía que se preparaba un nuevo día, o una fiesta familiar de larga sobremesa. No recuerdo cuándo empecé exactamente -en el piso universitario?- ni cuando fié la primera vez que mi madre me ofreció café en vez de leche con chocolate… Cuando empecé a ser adulta en mi familia? Porque el café, como el vino, es algo reservado a la adultez.
Tardé en ser cafetera, yo era más de tés, los que aprendí a disfrutar pour les quatre heures con mi abuela. Y me aficioné al café, hay qué ver, durante el Erasmus de París, que el precio de un café con leche era prohibitivo cuando aquí andábamos aún empesetados, pero el precio del agua hervida con sobre de té… Eso era como sangre de unicornio!
Cuantos recuerdos con el café… El café con hielo es algo incomprensible para mis amigos italianos. Faena tuve para hacer entender en Sardegna que quería un café solo por un lado y un vaso con hielo por otro… Qué es eso de juntarlo y aguarlo y desgraciar su expreso? Sacrilegio!!! Encima pretendía sentarme dos minutos y tomarlo reposadamente sin ir a la carrera… La cosa se solucionaba con un invariable alzamiento de hombros y una explicación resignada «es española».
Hay cafés buenos y malos, cargados como los cortados de Madrid -aunque digas que te manchen la leche- o directamente espantosos como los del norte de Europa (por lo menos los que probamos durante el interrail!).
El café es ese elemento denostado para la salud, con mala fama, pero que no puedes estar sin él. Como un buen amigo insoportablemente cojonero… No puedes estar sin él por mucho que te moleste porque le quieres. El café te despierta, te sirve de pausa, de excusa para cotillear, de salvoconducto para hablar con un desconocido, de preparación a una entrevista o examen importante, de preludio de una tarde de confidencias con amigos…
Lo detestas, lo quieres dejar, pero lo adoras, lo necesitas, lo buscas, lo encuentras… Y tú, qué recuerdos tienes del café? Quieres compartir una pausa?