Tumbarte, relajarte, escuchar las olas, abrazarte porque el agua está helada y tiemblas, que me hagas un masaje al huntarme la crema, ver como tus hijos juegan relajados con la arena y a buscar caracolas, que una vocecita diga «adivina qué escribo en tu piel, pero cierra los ojos«… «Tu nombre?«, aventuro… Y que riendo la vocecita diga «nooooo, ponía BONITA«.