Eres madre. Múltiple. El tiempo nunca es suficiente. Ni barato. Ni para ti sola. Es difícil encontrar tus propios momentos y silencios porque siempre hay algo que hacer, decir, pensar o trabajar. Algo que atender, cuidar, mimar y hasta regañar. El tiempo nunca es suficiente y tu espacio personal suele quedar relegado a cuando te duchas o cuando visitas el water, y no siempre. Pero tu espacio es importante. Y necesitas tiempo para disfrutarlo.
Ir al gimnasio superando la pereza y los dolores. Ponerte roja como un tomate y sudar. Ducharte, sola. Y darte un desayuno energizarte como recompensa: la felicidad también era esto.