Ando siempre entre la eterna duda de cortarme el pelo a lo garçon o a lo Amelie Poulin y dejármelo largo para darle el gusto a mi naranja entera. Y entre duda y duda el pelo crece (sí, parece que no, pero sí) y, sorpresa!, te llega para una cola y hasta para una trenza. Y sorpresa 2, recuerdas cómo hacer trenzas de raíz y hasta te la sabes hacer a tí misma. Diréis que es una tontería pero a mí me hace mucha ilusión y este es mi momento de felicidad cotidiana de hoy. Si es que la felicidad está en los gestos más sencillos que a veces damos por sentado. Y a ti, qué te hace feliz?