Un viaje en tren, a solas. La lectura en el metro. Escribir una carta, manuscrita. Quedarte con los ojos cerrados bajo la ducha. Ver una hoja del árbol caer… Busca tus momentos para pensar. A solas. En tu silencio bullicioso. Hablo de pararse a pensar con serenidad, nada de listas mentales de quehaceres pendientes ni de repasar ciento y una veces aquel encuentro, conversación o fracaso. Hablo de estar pensando en calma. Esos momentos te hacen más serena y feliz (aunque sea una felicidad melancólica).