A mí me gusta dejarme querer. Debe ser algo recíproco, claro, si no es como un amor falso que solo viene.
Me gusta dejarme querer porque yo quiero un montón y a un montón de gente pero no tengo espíritu masoquista, a mí eso de dar sin recibir nunca se me hace demasiado sacrificado y algo tonto.
Eso no quiere decir que todo gesto tenga que tener contraprestación, desde luego. No es una cuenta exacta de entradas y salidas en el haber del cariño.
Tampoco es un tema de falsas expectativas y exigencias. Hace tiempo aprendí que las expectativas suelen acabar en disgustos, una no puede controlar lo que los demás hacen, piensan o sienten.
No es un tema de ir sumando y restando ni de tachar a nadie. Pero en el amor de verdad, en el de los amigos y la familia y las parejas y los hijos debe haber algo de reciprocidad en el cariño. Por eso,a mí me gusta, así tanto como dar, dejarme querer.
Con una felicitación de cumple -gracias a todxs-, con una nota, una carta, una canción, un mensaje, un abrazo, un beso… Así, a lo loco, sin esperarlo, o largo tiempo deseado.
A mí me gusta dejarme querer.
¿Y tú, te dejas?
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