Sal a la calle. Respira movimiento, baila ruido, déjate llevar por el sonido de las terrazas y las conversaciones a viva voz. Sal a la calle, que vivimos en el Mediterráneo y la vida está ahí fuera. Sal, que somos país de verbenas y sillas en el portal con abanico en mano. Sal, y mira la gente pasar. Saluda al vecino. Cotillea un poco, sin maldad no critiqueo. Sal y habla, brinda, comparte…
En mi calle se celebra el santo patrón de nombre homónimo. Y de pronto aquel vecino al que no saludas nunca que suele andar mustio se convierte en alguien con quien bailaste la Macarena y el Aserejé después de haber intercambiado croquetas. «Prueba el conejo de mi mujer». Y el conejo estaba delicioso. -No seáis malpensados, o sí, pero era conejo conejo, mentes calenturientas… Algo me dice que me estoy metiendo en un jardín yo sola…-.
Tú sal. Pon mesas en la calle. Cuelga banderolas. Contrata un DJ de los buenos, de los de verbena, de grandes éxitos de las bodas bautizos y comuniones. Baila un pasodoble. Repasa lo peor y más divertido de los ochenta. Mueve la melena al viento con Rafaella Carrá -que dice que perdida la inocencia en el sur se pasa mejor… Nunca me había fijado…-, dale al reaggeton que un día es un día, y acaba la fiesta con Camilo Sexto, que eso es muy verbenero.
Sal a la calle. Después te relacionarás mejor en el barrio y podrás bailar con tus hijos, los niños correrán sueltos en la fiesta del barrio, y disfrutarás de la comida y la compañía.
Sal a la caña que la vida está ahí fuera.
PD: He probado la Orochata de Licor 43 gracias a un test de Bopki. No, esto no es ni publi gratuita ni una colaboración encubierta ni nada (lo diría sin tapujos, que soy muy clara). Pero la verdad es que de las novedades del mercado que he podido testar últimamente esta realmente me ha gustado. Tiene un sabor dulzón, como la horchata, y realmente sabe bien, auténtica, pero no es excesivo, ni el sabor a horchata ni el dulzor, así que incluso lo que no son muy amantes de la bebida valenciana lo apreciaron. Bien fresquito y con hielo, ¡las dos botellas volaron en la verbena! Os lo digo más que nada por si este verano os da por hacer una cenita a la fresca o una fiesta y queréis innovar. Ahí queda eso 😉