Llegáis como un huracán, corriendo, arrastrando con todo, y de un salto os colgáis de mi cuello al grito de «mamáaaaaaaa» con la sonrisa abierta, el abrazo prieto y los besos desbocados. Regresamos a la dulce rutina. A la casa desordenada. A vuestras historietas parlanchinas. Al ruido. Al corre-corre. A los colores. A las fiestas infantiles. Volvemos a la dulce rutina, y gracias a ella podemos disfrutar luego las excepciones, las salidas en pareja, las vacaciones…
Es como en el amor. El enamoramiento es genial pero arrollador y extenuante. Nadie en su sano juicio podría vivir el estado de enamoramiento inicial durante meses y años. Poco a poco da paso a la dulce rutina y todo se disfruta con más pausa y mesura, sin tanta excepción y sorpresa constante.
Bienvenidos hijos.
Bienvenida dulce rutina.
Serena estás genial!!!
Besos🌼
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Gracias por tus comentarios siempre tan amables 🙂 Me alegra que disfrutes acompañándome en mis reflexiones.
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Me encanta tu mirada cotidiana, cielo…. Es pura autenticidad
Abrazote cálido😁
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