Lo que ocultan las persianas 

Me encantan las persianas. Las de madera con sus líneas rectas, muy alargadas, en verde pino o azul mar. Les volets. Ceux en bois et p’tits coeurs découpés. Miro las persianas cerradas e imagino historias sudorosas que huelen a sexo vespertino. Las veo abiertas e imagino gente que ama la luz desparramada sobre el parquet… O a los voyeaurs

He dicho sexo? He dicho, sí. Llamadme mente calenturienta. Eso o que me compré un libro ayer para entretenerme en el metro, barato, de bolsillo, por la tapa, algo ligero… Y ha resultado ser del todo erotico! Ah, qué placer sumergirte en palabras húmedas entre la marabú ya del metro y escónderte tras el libro abierto (y en un rincón de pie para que nadie lea sobre tu hombro y te pille en plena lectura obscena). 

Me desvío… Desconfío de los países sin persianas, será que no tienen nada que esconder en su intimidad? 

A partir de aquí esto degenera, o inspira, o las dos cosas simultáneamente… 

Prefiero una buena y vieja persiana cerrada, e imagino sábanas revueltas, sujetadores olvidados en el suelo, prendas dejadas volar de cualquier modo, manos, pies, labios… A ratos lento. A ratos con el frenesí de la desesperación del orgasmo que está a punto pero no llega. Y cambias de postura, de juego, de suspiros. Porque tienes hambre, juegas con helado, y nata. Sobre la piel está más bueno. Y quieres que también coman… Tu helado, claro… En la penumbra de una persiana echada hay muchas fantasías suspendidas en los rayos de luz que se cuelan, entre la piel y la piel. Coge solo una, por hoy, y aplícala como un hungüento. Y sigue con el baile de manos, pies, labios, otros labios… Hasta que por fin el orgasmo llegue. Y quedas  tumbado ni a arriba en la cama revuelta mientras la luz que se cuela entre las rendijas de la persiana cerrada te cebrea la piel. 

Si leéis esto en transporte público, sonreíd por dentro mientras imagináis cuando, cómo y con quién echaréis las persianas. 

A todos, feliz viernes de las persianas cerradas 😉 


3 respuestas a “Lo que ocultan las persianas 

  1. ¡Holaaaaa Celia…! Ya te leía por el TUBYSCU, pero hoy estoy descubriendo otro de tus rincones… ¡Este! Y mola. Mucho. Enhorabuena…

    ¡Ahhh…! Y sobre las persianas… Tengo la dualidad del egoísta. Desde fuera, el voyeur que llevo dentro prefiere espacios diáfanos. en Europa (territorio sin persianas), la gente no sé qué esconderá, pero a ellos mismos, desde luego que no. Desde dentro, el celoso de la intimidad se apodera, y de repente me descubro cerrando persianas, por si los vecinos cotillas… (que ya ves tú qué me importarán a mí).

    Y respecto al sexo y las persianas… Hmmm. Creo que ahí confluyen todos mis lados a la vez. Supongo que el tener las ventanas abiertas durante el revolcón aporta ese plus de: -«El que quiera que mire, que por un lado, mejor ver a dos amándose que ver el Sálvame de turno. Y a lo mejor conseguimos darte envidia y hacemos que le agarres las nalgas a tu pareja, y lo mismo pasáis otro buen rato. De nada.»-. Si la gente follara más, otro gallo nos cantaría. Con o sin persianas.

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