Baila. Rápido o lento. Solo o acompañado. Entre la multitud o cuando no te mira nadie. Baila, con música atronadora o en silencio. Tararea. Y baila. Salta. Ondea la cadera. Mueve la pierna, mueve el pie… Baila desde bebé hasta sobre tu tumba. Y si rompes un pijama mientras tanto, pues le pones un parche, más vale pijama con agujero que vida sin baile. Tiene sentido? Pues no sé, para mí mucho. No me imagino la felicidad sin baile.
Una mamá nos comentó ayer que todas las mañanas, antes de salir de casa, su marido, su hijo de año y medio y ella bailaban al son de una canción animada para empezar el día con alegría. Qué divertido!
A parte de unir a la familia, es una manera muy bonita de salir de casa para cada uno iniciar su día.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me parece una idea absolutamente genial!!!! Creo que me la apunto 🙂 Gracias Loly.
Me gustaMe gusta