14/28 – La pereza. Me hace feliz tomarme tiempo. Mi tiempo. Y dejar ir la mente de cargas un rato. No mucho. Cinco minutos. Diez. Echarse sobre los codos, encima de la mesa y cerrar los ojos. Quizá escuchar una canción. Quizá simplemente sentir los rayos de sol indirectos sobre la piel y respirar profundo. Suspirar.
💫 Pequeñas cosas que me hacen feliz💫

En este mundo tan lleno de prisas y de listas de cosas que hacer, reivindico la pereza. Parece que todo tenga que estar lleno de planes y calculado al minuto. Después del trabajo, maternar, cuidar, sostener, hacer deporte, comprar, estudiar, leer, limpiar, seguir. Siempre seguir. Y sin embargo, si no paras un rato, te lleva la vorágine.




Sigo con nieblas mentales tras el COVID. Si antes podía concentrarme en trabajar, llevar al día la agenda familiar de visitas médicas, cumples, quedadas para estudiar, exámenes de mis hijos y un largo etcétera sin immutarme, ahora me cuesta, a ratos, encontrar las palabras o recordar los compromisos. Pero me digo que hay que tenerse paciencia. Que los álbumes de fotos pendientes hace una década, los libros que se apilan para leer y los cuentos no escritos, pueden esperar un poco más. Porque tanto salir de la zona de confort y tener todo el tiempo lleno de algo útil nos acabará matando por estrés. Así que… hoy reivindico la pereza.
Shhhhh. ¡Para! STOP.
No tienes que.
No debes hacer.
No todo el rato.
No pasa nada si no eres una persona productiva TODO EL TIEMPO.
Puedes dejarte vagar.
Sí, incluso sin leer. Sin aprender. Sin hacer.
No, el mundo no acabará.
Para.
STOP.
Shhhhh… es tu momento.
Precisamente hoy estoy practicándolo aunque se me complique bastante. 😊
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Es complicado, no nos vamos a engañar… Pero por probar no perdemos nada.
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