La felicidad del día a día está íntimamente relacionada con el miedo a perder aquello que nos hace felices. El amor, nuestros hijos, la pareja, la familia, los amigos…
Incluso está ligada a lo que creemos que nos hace felices (o que nos hará felices cuando lo consigamos). La juventud. La belleza. El dinero. Un peso corporal determinado.
Y es cierto. Si pierdes el segundo grupo de cosas (y algunas mas pierdes irremediablemente con el tiempo), crees que vas a ser infeliz por siempre jamás. Pero es una trampa, es una mentira que te dices porque mueres de miedo al pensar que ya no tienes eso que creías que necesitabas.
El primer grupo, sin embargo… Ese es otro tema. Perder a tus seres queridos o vivir en una soledad desoladora puede ser aterrador. Y ese miedo no se me quita. Por suerte, me sirve de revulsivo para no olvidar de decir “te quiero” y para intentar disfrutar de los pequeños momentos. Cómo oír a los mellizos jugar en el patio. Sí, era la hora de la siesta quizá. Pero yo doblaba la ropa de la enésima lavadora de fin de semana y ellos reían y jugaban a un reto inventado de pelotas que botan y flechas que dan en el blanco. Y yo, qué queréis que os diga, a pocas horas de san calcetín, me he enamorado (otra vez).
¿Y tú, a qué tienes miedo?
Muy cierto! Linda reflexión, gracias. Saludos
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Muchas gracias
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