Hay que ser POSITIVO

Te levantas un día con ganas de cambio… No es verdad, llevas días con el runrún pero dudas, no encuentras el momento, das vueltas sobre tu eje… Hasta un corte de pelo -que vuelve a crecer- te hace plantearte una lista de pros y contras que empieza por «pero largo también me va bien y a él le gusta más». ¿Qué tendrán los hombres con el pelo largo?

Te planteas qué pasa con las mujeres que buscamos aprobación constante, que entre los factores decisorios de cualquier cosa está siempre el gustar a los demás. Primero a los demás, y luego además a una misma. Y así se nos complican las tomas de decisiones, porque aunque sabes que es imposible gustar a todo el mundo sigues buscando esa quimera de la aceptación universal.

Al carajo con todo. A mí me gusta cambiar, me gusta el pelo corto, además del largo, y aunque un cambio de look no cambiará el problema con el peso ni cuestiones más importantes, será mi momento, el primer paso de algo, un gesto hacia mí misma para decirme bajito «te quiero, te acepto, te respeto».

Tijeras en mano la peluquera dice «¿estás segura?», y yo, con un arranque de valentía digo «CORTA».

Y cortó. @jldbadalona
me mimó sin contemplaciones.

Y tuve mi momento para mí.

Y me quité -temporalmente- alguna manía con mi imagen.

Y a mis hijos les gustó. Aunque luego se dedicaron a aplicarme filtros «de belleza» hasta dar con la «mamá plástico» de la última foto, made by @1parde2.

Y a él le gustó.

Incluso a mi personal shopper de cabecera @shopperbarcelona le gustó.

Así que aquí ando fresquita estrenando cambio de look, pisando fuerte como si el corte de pelo fuera el detonante de un efecto mariposa. Ni que sea para seguir aprendiendo a quererme.

Pd: feliz #miercolesmudo con @soylamamarazzi