La desconexión te cura. Vamos a desinfoxicarnos. #VDLN en calma

Hoy va a ser un día duro, lo sabes. Hoy vas a despedirte, porque la vida cambia y los retos son positivos y te alegras por esa persona que tira hacia adelante. Pero las despedidas son duras, siempre dejan un pedacito atrás.

Hoy va a ser un día de prisas y cierres y más prisas… El mundo siempre acaba un poco cuando estás a punto de ponerte en modo pausa. Pero es necesario desaparecerse de vez en cuando porque este ritmo y este mundo es demasiado.

Demasiado acelerado. Demasiado intransigente con el candado. Demasiado despiadado con el outsider.

Hay demasiado…

Demasiadas noticias. Demasiadas informaciones. Demasiadas opiniones. Demasiadas fotos y vídeos y más opiniones… No te das cuenta y ya vuelves a tener el móvil en la mano. Abres facebook, tuiteas, cotilleas instagram, recibes un WhatsApp y filtras tu correo a todas horas. No sabes dónde empieza el trabajo y dónde acaba tu momento íntimo y personal.

Demasiado…

Vas al baño con el móvil. Y no te hace ningún bien, lo sabes. Tu almorrana también lo sabe. Ups, que de ESO no se habla que queda feo, y sin embargo las sufres en silencio porque más vale almorrana en mano que que te falte tu momento de desconexión para leer cosas que ni te interesan realmente ni te hacen falta, pero qué bien sienta redcotillear y redlucirte o redenvidiar a ese amigo lejano con el que no hablas desde la primaria pero que te encontró en Facebook… Que tú piensas que te sienta bien, pero la envidia cochina continúa nunca fue buena para la autoestima, ni para la almorrana (dicho sea de paso).

Demasiado.

Corre, salta, cambia, evoluciona, sigue, avanza, no mires atrás, venga, va, dale…

Te lo digo… Hoy será intenso… Y demasiado.

No sabes salir a la calle sin el móvil. Juegas con el móvil. Tu despertador y tu reloj son el móvil… ¡No lo dejas ni en la mesa a la hora de la comida!

Suelta ya el aparato y mira a la cara de tus hijos, de tu marido, de tu amiga, la conversación y sus miradas te están esperando.

Que luego dirás de tu hijo adolescente que está enganchando y que no te escucha y que no es normal tanta pantalla y que… Y que es lo que ve día sí y día también, unos padres que son extensiones de su móvil…

Así que… Inssssspiiiiiraaaaaa…

Big Calm.

Adoro Morcheeba, me traslada a un estado de paz y feliz nostalgia de isla. Al mar. A la calma.

Desaparezco. Donde perdieron la alpargata. Y todo lo demás.

Adiós. Adeu. Agur. A más ver.

No me busquéis en las redes.

O sí… solo si me apetece…

Hasta pronto. Echadme un poco de menos. Yo os añoraré un poco.

Me voy de viaje.

En pareja.

A ver si exploto mi lista de Spotify «Ya tú sabes«…

Me voy. A olvidar los «demasiados». A bailar salsa. A dejar que el sol me dore, vuelta y vuelta. A aburrirme de aburrirme.

Me voy. Con amigos.

Y voy a desinfoxicarme.

Veremos cuánto tiempo puedo estar sin entrar compulsivamente en la redes sociales, el blog y las noticias. No digo que vaya a ser una desaparición radical ni nada drástico. Quizá escribiré, quizá no. Quizá leeré, quizá no. Pero lo que seguro haré es coger la mano de mi pareja mientras paseamos, miraré sus ojos mientras cenamos, hablaré bajito de lo que veo, siento y pienso sin pasar a mirar la última desgracia del mundo…

Y quizá, entre tanto pasotismo, descubro que sin soy más, que la felicidad es estar aquí y ahora, contigo, conmigo, y nada más.

PD: sí, el móvil me lo llevo… Que me hace de cámara y no sé yo si tanta desintoxicación será sana para… Ah, bueno, que no iba a hablar más de ESO 😉

Bonus track: aquí tenéis mi lista para momentos Chill… Relax y, feliz Viernes Dando la Nota.

***
Del VDLN: para saber más de este Carnaval de Post, conocer las reglas, y cómo participar puedes verlo todo aquí.



10 respuestas a “La desconexión te cura. Vamos a desinfoxicarnos. #VDLN en calma

  1. Retratas muy bien la incapacidad de podernos comunicar de frente, en vivo, sin un dispositivo por medio. Calma, necesitamos calma, desconectar, momentos de silencio, desparecer. Te entiendo y cada cierto tiempo me pierdo en el pueblo y si puedo me acerco a la montaña. Allí no hay móvil que pueda aguantar.
    Un saludo.

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