Eso te pasa por puta.
Por sonreírle a la vida. Y a los desconocidos. Aunque sea por cortesía.
Te pasa por fresca. En los andares y en el vestir. En el sonido de tu taconeo y la medida de tu falda.
Por puta. Porque no sabes decir «no». Porque cuando dices «no» significa «sí», porque cuando gritas «nooooo» quiere decir que te mueres de ganas.
Por puta. Y por mujer.
Por tener vagina y pechos. Grandes o pequeños, eso qué más da. Gorda o flaca, es lo mismo, habrá una manada que quiera follarte.
Por beber.
Por estar de fiesta.
Por estar sola.
Por haberte perdido.
Por puta, más que puta.
Y cuando hayas disfrutado de tu «no» que era un «sí», cuando salgas conmocionada en las portadas de los diarios -por puta-, entonces tendrás que vivir por los restos con lágrimas de cocodrilo si pretendes que creamos que fuiste violada. No importará que La Manada grabara la agresión sexual, no importará que te rompieran el móvil ni que en sus mensajes de WhatsApp hablaran claramente de follarse entre todos alguna puta gorda o de tener sustancias para ir a la caza. No importará, porque lo que realmente importa es lo que las putas hacen después. Y si sigues con tu vida, si sonríes -aunque solo sea por fuera-, si tienes novio o te apuntas a una web de contactos, si no tiras las minifaldas, si no coses los escotes y de paso la vagina, incluso la boca, entonces quedará demostrado que te violaron por puta, que en realidad querías, que «no» era «sí», que ellos, la manada, tenía derecho.
Por puta.
Pero te digo una cosa, si realmente crees que ella quería, que callarse un «no» de puro miedo e inferioridad numérica, que salir de fiesta y beber les daba derecho a algo, que llevar tal o cual ropa les daba carta blanca a las manadas del mundo, que por no ser una muñeca rota tras la agresión se demuestra que en realidad la violacion no existió… Entonces, escucha: yo también soy una puta. Todas somos una putas. Unas putas supervivientes en un mundo de hombres. Y no, no me merezco ser juzgada como víctima, no me merezco no ser escuchada, no me merezco tus juicios morales. Ni por puta, ni por nada!
Impresionante entrada! Piel de gallina, por como esta espresado.
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Muchas gracias, la verdad es que el tema me tiene sensible, así que me alegra haber conseguido expresarlo para que llegue.
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Qué triste que tengas que escribir esta entrada, pero gracias por escribirla. Me da mucha pena que la gente justifique a esos energúmenos y juzgue a la chica, que se criminalice a la víctima. Queda tanto por hacer…
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Mucho, queda mucho por hacer, por educar, por visibilizar, por protestar… Ojalá un día no haga falta! Gracias por pasarte a leer y comentar.
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Me sumo! Una entrada impresionante, estremecedora de piel de gallina…
Pero que mal sienta pensar que aún hagan falta este tipo de entradas… y la falta que hacen
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Gracias por tu soporte, Judith. Tienes razón, ojalá no hubiera quecescrivir este tipo de reflexiones. Espero que nuestros hijos no crezcan pensando que se merecen algo porque sí ni porque sean más que.
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Muy atinado y mordiente texto.
Nadie tiene derechos sobre nadie… eso es la libertad.
Muchos no lo entienden.
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Gracias, Miguel, me alegra que estemos en sintonía, nadie tiene derechos sobre nadie!
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