Reflejos

Eres mucho más que el reflejo en el que te miras. Mucho más que los piropos, las dedicatorias y que ese momento fugaz en el que por fin te sientes guapa. Eres mucho más que esa foto de perfil que te parece perfecta -tras haber descartado con muecas de desagrado cientos-. Eres mucho más, en serio. 

Todavía me siento tímida, vergonzosa, feliz, del inesperado piropo que me cayó ayer en medio de comentarios, sin más. Y es porque en el fondo no me lo creo. Me paso la vida viviendo a través del reflejo. Del de los ojos enamorados, de los abrazos infantiles incondicionales -siempre-, de las dedicatorias de amigos, de los piropos inesperados, incluso del reflejo en cualquier espejo, cualquier cristal, cualquier fotografía cazada al vuelo. Parece mentira, tantas décadas después. Y sin embargo, no soy la única, no es cierto. Tú también te buscas en los reflejos. Lo malo es que estos se distorsionan, según la luz, según el humor, según las ganas de los demás de prodigarse en atenciones. Y una no puede estar la vida entera esperando esa palabra de aliento, ese beso con el que tiemblas, esas líneas de poesía, ese día en que te ves perfecta… Francamente, más vale que empieces a creértelo. Más vale que empiece a creérmelo. No tanto el reflejo como la verdadera historia que hay tras el espejo: Eres mucho más que el reflejo en el que te miras. 


Pd: Igualmente, gracias, es toda una sensación inesperada cuando sencillamente te llaman guapa, así, sin más 😉


4 respuestas a “Reflejos

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